viernes, 4 de noviembre de 2011

Conclusiones

    Resultó muy interesante analizar la película “En busca del destino” bajo la perspectiva de la inteligencia emocional, ya que se detectaron coincidencias en cuanto a los contenidos del curos con las interpretaciones de los personajes. Las personalidades encarnadas en la película reflejaban las personalidades opuestas entre el ser racional y el emocional, además de que se mostró parte del proceso de desarrollo de la educación emocional dentro de las sesiones representadas por Sean y Will.
    La educación emocional puede ayudar al alumno conflictivo a superar su egocentrismo centrado en la propia experiencia vital para pasar a la abstracción reflexiva de las emociones subyacentes en situaciones de conflicto.  Una sugerencia es dialogar sobre los estados emocionales que el alumnado atribuye a los demás en comportamientos susceptibles de ser educados (Bisquerra, 2001, pp. 79). Esta cita plantea el resumen de la película, en el sentido de que aún cuando Will no puede ser considerado como un alumno, es claro que el no puede hacer uso de su don de manera controlada porque sufre serias distorsiones emocionales, lo que lo hacen extraordinariamente egocentrista y egoísta, además le llevan al apego a ese mundo creado por él para protegerse del mundo externo del cual solo percibe amenazas.
    Bisquerra(2001) plantea con claridad precisamente el trabajo que realiza Sean, y que a la vez realiza para consigo mismo, el reflexionar sobre las emociones, no solo sobre las que se manifiesta, sino aquellas que encuentran en el fondo y definen, las subyacentes.  Aquellas que no se tienen a consciencia, pero que en el fondo y ante situaciones  extremas afloran de una manera no voluntaria, porque nuestro ego no logra contenerlas.  Eso explica los accesos de violencia que manifiesta Will, particularmente en la golpiza que le da al muchacho en la cancha de baloncesto; y que gracias a los sentimientos y emociones que le genera Skylar, se ve forzado a controlarse para no agredir a la muchacha de manera física, y que ante esta imposibilidad busca la agresión simbólica a través del lenguaje.
    Sean  se plantea dialogar, en tanto Will quiera dialogar, pero a la vez propone su propio diálogo, particularmente en la banca del parque. Sean dialoga porque interpreta que las emociones de Will y las propias, pueden ser educadas para que contribuyan a canalizar como se siente cada uno de ellos.  Sean nunca impone la conversación, sino que deja que esta salga de Will, pero se inserta en la misma no como un padre que sugiere a su hijo que es bueno o que es malo, no juzga que es correcto o que es incorrecto, pero gradualmente va haciendo que Will enfrente sus propios temores.  Sabe que esto es posible, no lo presiona, y espera.

2 comentarios: